
La Necesidad de ser yo mismo
Necesitamos expresar nuestra singularidad y que nos acepten y respeten. Recibir la aceptación y el apoyo a la diferencia por parte del entorno familiar y social consolida la autodefinición y la propia singularidad.
Necesitamos expresar nuestra singularidad y que nos acepten y respeten. Recibir la aceptación y el apoyo a la diferencia por parte del entorno familiar y social consolida la autodefinición y la propia singularidad.
En cualquier relación positiva en la que haya cercanía e intimidad los implicados experimentan cariño, afecto y estima entre ellos. Parte de lo que soy contigo es lo que siento por ti y si quiero estar plenamente en contacto contigo debo ser capaz de expresar estos sentimientos de afecto.
En una relación no siempre debería tomar la iniciativa la misma persona. Hay periodos en los que se necesita que el otro tome la iniciativa como una forma de reconocer la importancia de la relación. Cuando estamos atravesando un momento difícil, se agradece que el otro “tire del carro”. Cuando alguien da ese primer paso nos hace sentir importantes. Cuando la otra persona toma la iniciativa nos envía el mensaje de que la relación es significativa.
Una parte esencial de cualquier relación significativa es causar un impacto en la otra persona. En este contexto “impactar” en otras personas significa influir en ellas de algún modo deseado, de cambiar su comportamiento, de hacer que actúen de forma diferente o de producir una respuesta emocional en ellas.
es la necesidad de estar con alguien que haya vivido lo mismo que tú; alguien que entienda lo que estás experimentando porque haya pasado por situaciones parecidas a las tuyas, alguien que confirme tu experiencia.
La necesidad de ser cuidado y valorado es importante; es una parte esencial en cualquier relación. Cuando no hemos tenido la experiencia de ser apreciados por lo que hacemos, decimos, sentimos o pensamos, es más fácil que en nuestros diálogos internos aparezca esa crítica destructiva que dice: no valgo, no puedo, no soy suficiente…
La sensación de pertenencia a un grupo es vital para nuestro desarrollo, necesitamos ser vistos y aceptados como personas dignas de amor. Precisamos la aceptación que provenga de una persona digna de confianza, estable y protectora. Esa mirada incondicional de alguien cercano es un regalo “protector” que facilita la sensación de confianza en uno mismo.
La necesidad de seguridad es básica en cualquier relación humana. Se manifiesta al sentir que, pase lo que pase, voy a ser aceptado incondicionalmente por la otra persona, no solo escuchado.
Dentro de una relación óptima hay un “espacio sagrado” construido entre los participantes, como un refugio en el que nos podemos sentir completamente a salvo, un lugar donde podemos ser realmente auténticos, mostrar quienes somos, sin tapujos, sin temor a que nos falten al respeto, sabiendo que, aunque me exponga o descubra mi fragilidad, la otra persona no me va a rechazar.
La relación con los demás es un proceso innato en el ser humano y a pesar de que esto se dá de forma automática, a veces, no somos capaces de distinguir lo que está pasando a un nivel más profundo dentro de cada relación. Las personas experimentamos necesidades, que están presentes en las relaciones que establecemos con nuestro entorno. De hecho, ninguna relación es posible en ausencia de esas necesidades: si no necesito ni quiero nada de ti, ni tú de mí, entonces, simplemente, no entablaremos una relación.