Es una relación basada en la confianza entre el terapeuta y su paciente en la que ambos trabajan juntos para curar heridas psicológicas de éste que permanecen ancladas en su cerebro, causando dolor psicológico y bloqueo de emociones y capacidades de desarrollo afectivo, cognitivo y de relación.
Ninguna terapia puede ni debe tener lugar en ausencia de una relación desarrollada y segura entre paciente y terapeuta. El trabajo directo con las heridas psicológicas no debe comenzar hasta que la relación terapéutica le resulte segura al paciente y que éste se sienta seguro con el terapeuta. Muchos pacientes avanzarán por esta etapa bastante rápido, incluso a veces llegarán a este punto en la segunda o tercera sesión. Otros requerirán de varias sesiones antes de que se sientan seguros con el terapeuta y el proceso terapéutico e incluso habrá otros para quien desarrollar la seguridad dentro de la relación tomará mucho más tiempo
El resultado de la psicoterapia depende de la competencia y sensibilidad con que se haga la intervención terapéutica como de la voluntad, deseo y determinación del paciente para examinar aspectos de su vida que no ha podido mirar previamente. Todo el proceso debe llevarse a cabo de manera que no reabra viejas heridas y retraumatice a la persona. Es necesario respetar el ritmo y la sabiduría del paciente para ayudarle a emprender su viaje hacia el autodescubrimiento y la sanación.